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miércoles, 10 de abril de 2013

La doctrina del futuro


Fuente: elcristianismoprimitivo (PUNTO) com/doct56 (PUNTO) htm

La doctrina del futuro

Hay tres grandes divisiones del tiempo: el pasado, el presente y el futuro.

El pasado ya pasó. El presente es nuestro tiempo de oportunidad. El futuro se esconde de nuestra vista detrás de un velo, a menos que Dios considere conveniente quitarlo y darnos una visión del futuro. Estos capítulos tratan sobre algunas cosas del futuro que Dios nos ha revelado.

Al estudiar la doctrina del futuro en la Biblia, recordemos que Dios no nos reveló todas las cosas en su palabra; él nos reveló algunas cosas en parte y nos mostró otras claramente. Por tanto, obtenemos un mayor provecho de nuestro estudio cuando reconocemos que no sabemos mucho y que, como discípulos humildes y estudiantes diligentes, recibimos por fe lo que Dios quiere revelarnos. Cuanto más escudriñamos su palabra, tanto más aprendemos.

Al nosotros ver las riquezas insondables y la gloria venidera que Dios nos ha revelado debemos conmovernos a adorarlo por su grandeza y amor. Aunque nosotros somos indignos y viles, él nos preparó un futuro glorioso si le servimos de corazón.

Capítulo 56

La segunda venida de Cristo

“¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!” (Mateo 25.6).

Un día los discípulos del Señor se encontraban en el Monte de los Olivos. Jesús acababa de ascender a la gloria, y los discípulos estaban allí “con los ojos puestos en el cielo” (Hechos 1.10). Luego oyeron una voz. A su lado estaban dos hombres con vestiduras blancas, diciéndoles: “Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1.11).

Entonces ellos recordaron que Jesús les había mandado a quedarse en Jerusalén hasta que recibieran poder de lo alto. Los discípulos se dirigieron inmediatamente a la ciudad. Allí continuaron en oración y acción de gracias hasta que todos fueron llenos del Espíritu Santo. Desde aquel día todos los cristianos verdaderos han estado esperando la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo.

La promesa de su venida

1. Cristo nos ha prometido que él vendrá otra vez

“Si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo” (Juan 14.3). Él se refirió muchas veces a la realidad de su segunda venida en las instrucciones dadas a sus discípulos (Mateo 25; Lucas 19.12–27).

2. Los dos hombres con vestiduras blancas dijeron que él volvería

Lea Hechos 1.9–11. Sin duda ellos eran mensajeros celestiales que Dios envió en aquella ocasión para darles a los discípulos este mensaje tan alentador.

3. Los apóstoles anunciaron su venida

Pablo (1 Tesalonicenses 4.14–18), Pedro (2 Pedro 3), Juan (1 Juan 3.2) y también muchos otros esperaban con toda confianza la segunda venida de Cristo. Uno de los temas más sobresalientes en todas las epístolas es la segunda venida de Cristo.

Las señales antes de su venida

No sabemos cuándo vendrá nuestro Señor. Él mismo nos dice en su palabra que sólo el Padre lo sabe. Muchos hombres han fijado fechas con relación a su venida. Pero al pasar estas fechas sin que Cristo venga estos hombres han sido hallados falsos profetas. Sin embargo, la Biblia no deja de dar instrucciones con relación a las señales antes de su venida. Nosotros notamos por medio de las señales que se ven en el mundo de hoy que la venida del Señor no tardará mucho (Mateo 24; Marcos 13; Lucas 21; 1 Timoteo 4.1–3; 2 Timoteo 3.1–5). Notemos algunas de estas señales:

1. La gente estará muy absorta en las cosas de este mundo

“Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24.37–39). La gente estará tan absorta en las cosas del mundo que no se dará cuenta ni del profeta ni de la profecía, sino que se lanzará en su carrera loca por riquezas, fama, placer y poder cuando de repente la voz de Dios se oirá y toda oportunidad de arrepentirse y reconciliarse con él se habrá terminado. “El Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis” (Mateo 24.44).

2. El evangelio será predicado en todo el mundo

“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24.14).

3. Habrá grandes acontecimientos

Cristo habla de hambres, pestes, guerras y otras cosas más que acontecerán antes de su venida (Mateo 24). Ya estas cosas están aconteciendo en todo el mundo. ¡La venida del Señor está cerca!

4. Muchos apostatarán de la fe

“No vendrá [el Señor] sin que antes venga la apostasía” (2 Tesalonicenses 2.3). ¿Acaso hay alguien que dude que ese día haya llegado? Hoy se predica y se practica en las iglesias acerca de las mismas cosas que antes rechazaban todos los cristianos verdaderos. Muchas iglesias son llevadas por esta ola de incredulidad y el ateísmo aumenta. Sabemos que estamos acercándonos a las condiciones de las cuales nos advirtió Jesús: “Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18.8).

¿Qué diremos acerca de todas estas cosas? Vemos ya muchas de las señales de la venida del Señor, pero no sabemos el tiempo exacto de su venida. Por eso debemos estar seguros que estamos listos esperando al Señor. Debemos trabajar con diligencia para lograr que otros también estén listos para su venida. Pidámosle a Dios que nos dé sabiduría para que no caigamos en los lazos del diablo.

La manera en que vendrá

No sabemos todos los detalles sobre la segunda venida de Cristo, pero la Biblia nos dice lo suficiente de manera que podemos sacar provecho al meditar en ello.

1. “Viene con las nubes, y todo ojo le verá” (Apocalipsis 1.7)

Jesús dice que vendrá “sobre las nubes del cielo” (Mateo 24.30). Los dos hombres con vestiduras blancas (Hechos 1.9–11) dieron a entender lo mismo.

2. Vendrá acompañado de sus santos y los ángeles

Cristo mismo dice que vendrá en su gloria “y todos los santos ángeles con él” (Mateo 25.31). En cuanto a los santos, Pablo dice: “También traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero” (1 Tesalonicenses 4.14–16). La conclusión lógica es que en la segunda venida de Cristo, él traerá consigo a los espíritus de los santos que habían muerto. Cristo levantará de la tumba a sus cuerpos y por medio de su poder ellos vivirán eternamente en cuerpos espirituales (1 Corintios 15.44). Los justos que vivamos cuando él venga “seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4.17).

3. Vendrá “con poder y gran gloria” (Mateo 24.30)

En su primera venida Cristo vino como niño. Él dependió del cuidado de sus padres terrenales. Pero en su segunda venida él vendrá como Rey de reyes y Señor de señores, vestido de poder y majestad, y como Juez de todo el mundo.

El propósito de su venida

1. Vendrá para llevarse a los suyos

La noche en que Cristo fue traicionado, él consoló a sus discípulos diciéndoles: “Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14.2–3). Pablo nos da una descripción algo detallada de qué acontecerá cuando el Señor venga (1 Tesalonicenses 4.14–17). La última frase de este pasaje, “y así estaremos siempre con el Señor”, destaca el hecho de que cuando Cristo venga será para buscar a los suyos. En ese tiempo los justos serán recompensados por su fiel servicio al maestro.

2. Vendrá para juzgar al mundo

Pablo dice que cuando Cristo se manifieste desde el cielo será “en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo” (2 Tesalonicenses 1.7–10). Las escrituras enseñan claramente que habrá un juicio. Esto se hace de una forma tan clara como mismo se enseña la certeza de la venida de Cristo (Mateo 25.31–46; Romanos 14.10; 2 Corintios 5.10).

3. Vendrá para reinar

Sabemos que Jesús tiene autoridad como rey ahora y que reina en el tiempo presente en los corazones de aquellos que se rinden a él. Cuando Pilato le preguntó a Jesús: “¿Luego, eres tú rey?” (Juan 18.37), Jesús le respondió: “Tú dices”, que quiere decir: “Sí, lo soy”. Jesús también dijo esto en cuanto al reino de Dios: “El reino de Dios está entre vosotros” (Lucas 17.21).

Pero existe otra fase del reino de Cristo que todavía está en el futuro. En las parábolas de los talentos (Mateo 25.14–30) y de las minas (Lucas 19.12–27) Cristo se representa a sí mismo como un hombre noble que viaja a un país lejano para recibir un reino. Estas mismas parábolas aclaran que el reinado literal de Cristo, en el cual él personalmente toma el mando de su pueblo, será algo que pertenece al futuro. Juan escuchó acerca de esta futura fase del reino de Cristo cuando el ángel del Señor le trajo el mensaje inspirador que el pueblo de Dios reinará “por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 22.5).

La falta de entendimiento

1. La falta de entendimiento del hombre no cambia la verdad de la Biblia

Dios no nos ha especificado todos los detalles de cómo será la venida de Cristo. Por eso existe una variedad de opinión en cuanto a los mismos. Pero la verdad de la Biblia sigue siendo la misma. La palabra de Dios es la misma, eternamente veraz, no importa cuáles sean las opiniones del hombre acerca de ella.

2. Nuestra falta de entendimiento debe impulsarnos a un estudio más constante y profundo de la palabra de Dios

Resulta que no es una desventaja, sino una ventaja, que no siempre podemos entender plenamente todo lo que está escrito en la Biblia. La palabra de Dios es tan profunda que el hombre finito puede estudiarla toda la vida y hallarla cada vez más rica y de mayor inspiración mientras más la lea. Algunos de nosotros podemos pensar que hemos profundizado bastante nuestro entendimiento de la palabra de Dios. Sin embargo, nunca llegaremos al fin pues siempre nos quedan verdades por descubrir. Cada vez que leemos una porción de las escrituras que es difícil de comprender nosotros debemos orar con más fervor para que Dios nos dé sabiduría y también debemos animarnos para estudiar con más diligencia. La palabra de Dios nos será más clara y más dulce a medida que la estudiemos más. Debemos estudiar la Biblia entera.

3. Es más importante estar preparados para la venida de Cristo que saber todos los detalles de su venida

La instrucción principal de nuestro Salvador con relación a las señales de su venida fue: “Estad preparados” (Lucas 12.40). Una persona puede dedicarse a estudiar durante toda su vida acerca de todos los detalles de la venida de Cristo. Sin embargo, cuando al fin Cristo se aparezca en las nubes tal persona puede encontrarse como las vírgenes insensatas, sin haber sacado ningún provecho de todos sus estudios. ¡Preparémonos a tiempo! Examinémonos a la luz de la palabra de Dios a fin de que estemos preparados para este gran evento. Luego, dediquemos nuestras vidas a traer el mensaje de salvación a los que no conocen al Señor. Así ellos también estarán preparados para la venida de Cristo.

El efecto que la esperanza de su venida tiene en el creyente

1. “Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo” (1 Juan 3.3)

Para el cristiano, la esperanza de la venida de Cristo es más que un tema de la teología; es un elemento práctico en su vida. Uno que espera la venida de Cristo vive con una actitud de sobriedad. Y cuanto más tal persona espere la venida de Cristo, tanto más fuerte será su deseo de estar preparado para recibirle cuando él venga. “Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz” (2 Pedro 3.14).

2. “Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo” (Marcos 13.33)

“Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa” (Lucas 12.39). La esperanza nos hace velar pues nos impulsa a querer “ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz” (2 Pedro 3.14). (Lea también Lucas 21.34–36; Santiago 5.8.)

3. “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura” (Juan 9.4)

La razón: “La noche viene, cuando nadie puede trabajar”. Ya que estamos ahora mismo al borde de la eternidad, listos para partir en cualquier momento, usemos bien nuestra oportunidad para servir a Dios mientras dure el día.

4. “Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Tesalonicenses 4.18)

¿Por qué? Porque se aproxima la manifestación gloriosa de nuestro Señor Jesucristo. (Lea Hebreos 10.25; 1 Tesalonicenses 4.14–18; Tito 2.11–14; 2 Timoteo 4.6–8.) Ya que anhelamos este glorioso evento debemos seguir teniendo esperanza, gozo y fidelidad. Debemos seguir alabando y glorificando a Dios por las riquezas que nos esperan en el cielo.

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