CAPÍTULO 19
Los ángeles
“El ángel de
Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende” (Salmo
34.7).
Hay una
relación muy estrecha entre los hombres y los ángeles. El autor del libro a los
Hebreos dice que los ángeles son “espíritus ministradores, enviados para
servicio a favor de los que serán herederos de la salvación” (Hebreos 1.14).
Cristo, al referirse a los niños, dice: “Sus ángeles en los cielos ven siempre
el rostro de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 18.10).
Los ángeles
son muy inferiores a Dios, pero son superiores al hombre en inteligencia y
poder. Los ángeles son seres espirituales. Muchos se han hecho preguntas acerca
de ellos que el hombre no ha podido contestar. Sin embargo, la Biblia se refiere
tanto a ellos que el lector fiel de la palabra puede aprender mucho de ellos y
de sus obras.
Su
origen
Los ángeles
son seres creados: “Todas las cosas por él fueron hechas” (Juan 1.3). (Lea
también Nehemías 9.6.) “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay
en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles” (Colosenses
1.16).
La Biblia
nos habla de algunos ángeles por sus nombres y en ocasiones nos describe sus
misiones. La palabra de Dios menciona varias clases de ángeles como los
arcángeles, los serafines y los querubines. Habla del arcángel Miguel (Judas 9)
y de los “ángeles, autoridades y potestades” (1Pedro 3.22; Colosenses
1.16).
¿Acaso
cuando Dios creó a los ángeles también creó a los ángeles malos? La respuesta es
no. Dios no hace nada malo. Cuando Dios hubo terminado la creación del mundo
dijo que todas las cosas que había creado eran buenas en gran manera (Génesis
1.31). No sabemos exactamente cuándo Dios creó a los ángeles, pero sabemos que
los ángeles malos no fueron creados malos. Ellos cayeron en ese estado después
de la creación. Judas se refiere a “los ángeles que no guardaron su dignidad”
(Judas 6) mostrando así que en el principio no eran las criaturas rebeldes que
llegaron a ser después. En Isaías 14.12 se nos relata la historia de cómo Lucero
cayó del cielo. Cristo dice acerca del diablo que “no ha permanecido en la
verdad” (Juan 8.44); esto indica que una vez estuvo en la verdad. Concluimos,
entonces, que en el principio todos los ángeles fueron creados buenos “en gran
manera”, pero después algunos, como el diablo, se rebelaron y
cayeron.
Su
gran número
Jacob vio
una gran compañía de ángeles y se refirió a ellos como “campamento de Dios”
(Génesis 32.2). A Eliseo y a su criado se les permitió vislumbrar sobre las
montañas alrededor de ellos un ejército con caballos y carros, los cuales fueron
mucho más numerosos que los que el gran ejército de Siria poseía (2 Reyes
6.13–17). Cristo solamente tenía que decir una palabra, y “más de doce legiones
de ángeles” hubieran estado a su mando (Mateo 26.53). El escritor del libro a
los Hebreos se refiere a una “compañía de muchos millares de ángeles” (Hebreos
12.22). Juan vio “millones de millones” de estos seres celestiales (Apocalipsis
5.11). Con relación a los ángeles malos, existen tantos de ellos que Dios
proveyó un lugar especial “para el diablo y sus ángeles” (Mateo 25.41). (Lea
también Apocalipsis 20.10.)
Si nuestros
ojos se abrieran como se abrieron los ojos del criado de Eliseo entonces
veríamos los ángeles alrededor de nosotros, sobre nosotros y por todas partes.
Pero Dios en su sabiduría infinita no permite que los ojos del hombre mortal
vean tales cosas. Luego, cuando el velo de la mortalidad se haya quitado,
nuestros ojos verán las provisiones de Dios que la lengua mortal no puede
describir y los ojos mortales no pueden contemplar.
Sus atributos
1.
Son
espíritus
Los ángeles
son seres espirituales. “De los ángeles dice: El que hace a sus ángeles
espíritus, y a sus ministros llama de fuego” (Hebreos 1.7). Es cierto que los
ángeles han aparecido al hombre en forma visible, pero la forma visible no es el
cuerpo propio del ángel.
El Espíritu
Santo también ha aparecido en forma visible. Él descendió sobre Jesús en forma
de una paloma, pero esta aparición no es su forma corporal. La forma de paloma
es una representación simbólica que le da al hombre una idea más clara del
carácter y la obra del Espíritu Santo. Tanto los ángeles, como Dios, son seres
espirituales.
2.
Son
individuos
Reconocemos
que cada ángel, al igual que cada hombre, es un individuo. Por ejemplo,
Gabriel se le apareció a Zacarías y después a María (Lucas 1.19, 26–38),
y Miguel disputó por el cuerpo de Moisés (Judas 9). De esto obtenemos la
idea que los ángeles tienen rasgos y oficios personales.
3.
Son
inmortales
Los ángeles
no están sujetos a la muerte física. Acerca del estado futuro de los justos,
Cristo dice: “No pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles” (Lucas
20.36). Los hombres y los ángeles son distintos en esto: Mientras que el alma
del hombre por un tiempo mora en un cuerpo mortal, los ángeles no están
limitados de esa manera porque no tienen cuerpos mortales. Después de la
disolución del cuerpo, la morada terrestre del hombre, los hombres y los ángeles
serán semejantes; serán inmortales. Los justos morarán con Dios en la gloria;
los injustos pasarán la eternidad en el lugar “preparado para el diablo y sus
ángeles” (Mateo 25.41).
4.
Son
poderosos
La palabra
de Dios dice que los ángeles son “poderosos en fortaleza” (Salmo 103.20) y que
“son mayores en fuerza y en potencia” (2 Pedro 2.11). El poder de los ángeles se
demostró en la destrucción de Sodoma y Gomorra, en la destrucción del ejército
de Senaquerib (Isaías 37.36), en la resurrección de nuestro Señor (Mateo 28.2–5)
y se demostrará más en el juicio venidero (Mateo 13.39; 2 Tesalonicenses 1.7–9;
Apocalipsis 20.1–2). Los hombres no pueden comprender el poder, la fuerza, ni la
velocidad con que viajan y actúan los ángeles.
5.
Son
inteligentes
Es evidente
que hay cosas que los ángeles no conocen. La Biblia dice que al hombre le fueron
reveladas cosas que los ángeles desean mirar (1 Pedro 1.12). Además, la Biblia
recoge el testimonio que hay cosas que ni los hombres ni los ángeles conocen
(Mateo 24.36). Cuando Cristo dice “ni aun los ángeles de los cielos” él da a
entender que los ángeles son de inteligencia superior, pero no tienen un
conocimiento infinito. Los judíos reconocieron la inteligencia superior que
poseen los ángeles. La mujer de Tecoa dijo a David: “Mi señor es sabio
conforme a la sabiduría de un ángel de Dios, para conocer lo que hay en
la tierra” (2 Samuel 14.20). Los ángeles son seres que sobrepasan al hombre en
inteligencia. Sin embargo, tienen una inteligencia muy inferior a la de
Dios.
6.
Son
bondadosos
Esta virtud
pertenece solamente, por supuesto, a los ángeles que “guardaron su dignidad”
(Judas 6). Tanto los ángeles caídos como los hombres caídos han perdido su
bondad. Notamos la bondad de los ángeles de Dios en el hecho de que ellos son
fieles al llevar a cabo los mandamientos de Dios, adorar a Dios (Nehemías 9.6;
Filipenses 2.9–11) y estar sujetos a él en todo. Los ángeles que nunca han caído
obedecen a Dios en los cielos y son espíritus ministradores enviados al pueblo
de Dios en la tierra.
7.
Son
benevolentes
Esta virtud
pertenece solamente a los ángeles fieles de Dios. Los ángeles del diablo están
completamente entregados a la destrucción de los hombres, mientras que los
ángeles de Dios se dedican a promover los mejores intereses del hombre. Medite
en la obra de los ángeles para con hombres y mujeres tales como Abraham, Lot,
Jacob, José, Moisés, Zacarías, Pablo, Pedro, Juan, Lázaro el mendigo, Ana,
Elisabet y María.
8.
Son felices
Los ángeles
tienen la tarea agradable de ministrar a los escogidos de Dios y lo hacen con
gozo. Ellos se regocijan cuando los pecadores vuelven otra vez al redil de
nuestro Redentor. Los ángeles ayudan a los santos y adoran a Dios junto con
ellos en esta vida y compartirán con ellos mismos la gloria de Dios en el
futuro. Se juntarán con los santos de Dios en la presencia del Padre, el Hijo y
el Espíritu Santo y cantarán juntos los himnos de alabanza y gloria a Dios por
la eternidad.
9.
Son
gloriosos
Los ángeles
abundan en bondad, inteligencia, sabiduría, pureza, gozo y benevolencia.
Glorifican a Dios (Isaías 6.3; Lucas 2.14; Apocalipsis 4.8; 7.11–12) y le sirven
como mensajeros en toda buena obra; son seres gloriosos.
El
oficio y la obra de los ángeles
1.
Son espíritus
ministradores
Los ángeles
santos son todos espíritus ministradores. Los ángeles de Dios ministraron a
Abraham, a Jacob, a Moisés y a Daniel así como también ministraron a la virgen
María y a los pastores cuando anunciaron el nacimiento de Jesús. Ellos también
ministraron a Jesús mismo, a Pedro, a Pablo, a otros discípulos encarcelados, a
Juan en Patmos y a muchos otros creyentes. A aquellos que temen a Dios, se les
dice: “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende”
(Salmo 34.7). “Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su
cabeza, por causa de los ángeles” (1 Corintios 11.10). Después que Cristo
triunfó cuando el diablo estuvo tentándole por cuarenta días y cuarenta noches,
“vinieron ángeles y le servían” (Mateo 4.11).
2.
Son mensajeros de
Dios
Los ángeles
trajeron noticias a Abraham cuando Dios decidió destruir a la ciudad de Sodoma.
Ellos también confortaron a Jacob en Padan-aram cuando se sintió completamente
abandonado. Fueron estos enviados celestiales los que ministraron a Isaías al
comunicarle acerca de su vocación. Ellos, además, se aparecieron a Zacarías y le
dijeron que él sería el padre de Juan el Bautista. También se le aparecieron a
María y le anunciaron el nacimiento de su hijo Jesús. Fueron estos mensajeros de
Dios los que trajeron las buenas nuevas a los pastores cuando les anunciaron
acerca del nacimiento del Rey, Redentor y Salvador del mundo. Y estos espíritus
ministradores le revelaron a Juan en la isla de Patmos algo de lo que va pasar
en el futuro.
3.
Ejecutan los propósitos y
juicios de Dios
Dios usa a
los ángeles para llevar a cabo su voluntad respecto al hombre. El ángel del
Señor entró en el campamento de los asirios y 185.000 hombres fueron muertos.
También se puso en medio del camino de Balaam y le hizo saber que él era más
insensato que la bestia que montaba. Él atemorizó la guardia en el sepulcro de
Jesús cuando el Señor resucitó triunfante. Fueron los ángeles los que hicieron
la obra de separar a Lot de sus compañeros malignos y llevaron el alma redimida
de Lázaro al seno de Abraham. Los ángeles son los siervos de Dios que recogerán
a los malos en la gran cosecha final del Maestro (Mateo 13.41–42). Ellos
acompañarán al Señor Jesucristo cuando venga a juzgar al mundo (Mateo 25.31; 2
Tesalonicenses 1.7–9). De la manera que Dios ha usado a sus ángeles en esta
época para llevar a cabo sus propósitos asimismo los usará en la obra de cerrar
la misma a su debido tiempo.
4.
Sirven como guías al
creyente
Fue un
ángel quien dirigió a Felipe para que se encontrara con el eunuco (Hechos 8).
También fue un ángel quien juntó a Pedro y a Cornelio cuando la puerta del
evangelio se abrió a los gentiles (Hechos 10). Un ángel sacó a Pedro de la
cárcel mientras sus compañeros estaban orando por él (Hechos 12). Y de la misma
forma un ángel dirigió a Pablo en su viaje a Roma (Hechos
27.23).
5.
Glorifican a
Dios
Nadie se
dedica más a la alabanza y a la gloria de Dios que estos seres celestiales.
Medite en el mensaje del serafín que alabó a Dios en la presencia de Isaías,
diciendo: “Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está
llena de su gloria” (Isaías 6.3). Analice la alabanza angelical que se oyó
aquella noche en las colinas de Belén: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la
tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2.14). Nunca hubo una
aparición de ángeles en la cual Dios no fue glorificado entre los hombres. Un
día las voces de los santos y de los ángeles proclamarán juntos las alabanzas de
Dios en la gloria, diciendo: “Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea
la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos”
(Apocalipsis 5.13–14).
Algunas cosas que la Biblia no enseña
Algunas
personas dejan que sus imaginaciones tomen el lugar de la enseñanza bíblica y
afirman con seguridad algunas cosas sobre las cuales la Biblia guarda silencio o
testifica lo contrario.
1.
Que los ángeles son espíritus
de personas que vivieron en mundos anteriores
La Biblia
guarda un silencio absoluto acerca de este tema. Esta teoría se basa en pura
especulación humana. No sigamos los pensamientos humanos cuando los mismos no
están en armonía con la palabra de Dios.
2.
Que los ángeles son
hembras
Cuando
algunas personas pintan a un ángel lo hacen de manera que el mismo se vea como
que es hembra. Todos los nombres de los ángeles hallados en la Biblia son
nombres masculinos. Además, versículos como Marcos 12.25 y Lucas 20.35 nos
demuestran que los ángeles no son seres sexuales.
3.
Que los ángeles habitan los
planetas
Esto puede
ser o no cierto. Si Dios les necesita en esos lugares de cierto que ellos irán y
harán la voluntad de Dios tal y como la hacen en el cielo y en la tierra. Pero
debemos recordar que los ángeles son espíritus que no necesitan ningún planeta
para vivir ni aun un hogar para descansar sus pies.
4.
Que los justos llegarán a ser
ángeles en el cielo
Cristo dijo
una vez que los justos serán “iguales a los ángeles” (Lucas 20.36) o “como los
ángeles que están en los cielos” (Marcos 12.25). Aquí notamos que Jesús se
estaba refiriendo a dos clases de seres muy semejantes. De lo contrario él
hubiera dicho que los justos del pueblo de Dios llegarían a ser ángeles después
de la resurrección. Mientras que los santos son como los ángeles en
varias maneras, queda muy claro que ahora no son ángeles ni que jamás llegarán a
serlo. La Biblia habla de los santos y de los ángeles en los cielos y en
la tierra (Apocalipsis 7.9–12).
Algunos
dicen que Apocalipsis 22.8–9 prueba que seremos ángeles cuando lleguemos al
cielo. En estos versículos un ángel se refirió a sí mismo como “consiervo” de
Juan y de los profetas. Un estudio cuidadoso de esta porción bíblica nos enseña
que el ángel no decía que él era lo que Juan llegaría a ser. Los hombres y los
ángeles sirven como ministros y mensajeros de Dios, cada uno en su respectivo
lugar. Por tanto, son consiervos, ambos sirviendo a Dios. El ángel se refirió a
los demás creyentes, los compañeros de Juan, como “tus hermanos”. No dijo
“mis hermanos” ni “nuestros hermanos” mostrando así que aunque se
consideró a sí mismo un consiervo de Juan y de sus hermanos reconoció una
distinción entre sí y ellos. Este pasaje bíblico está en armonía con todas las
otras escrituras que tienen que ver con este asunto. En conclusión, aunque el
servicio de estos mensajeros divinos tiene mucho que ver con el servicio de los
que son parte del pueblo de Dios en la tierra, los santos y los ángeles son
seres completamente distintos, los dos están sujetos a Dios en su servicio. Tal
parece que la relación estrecha entre los ángeles y los hombres continuará en
los cielos.
Fuente: elcristianismoprimitivo (PUNTO) com/doct19 (PUNTO) htm
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